domingo, 14 de agosto de 2011

A veces sigo a mi sombra... A veces viene detrás...


Hola sombra mía. Mirá vos, día nublado pero sin embargo estás ahí vaya a saber porque extraño efecto luminoso. Me caminas adelante y la guía es inevitable. Te sigo mi sombra como una devolución por las tantas veces que me has seguido, desorientado o no Yo. Vos ahí. Incansable. 
Hoy es un día de elecciones nacionales primarias, las primeras precisamente en Argentina con su nuevo sistema.
Desconformes como siempre para no ser menos argentinos, esto generó en la ciudadanía aceptaciones y rechazos que lamentablemente fueron proyectadas desde la llamada "oposición política". ¿Impotencia? ¿Inseguridad?. Vaya uno a saber. Estamos en veda política y no pienso puntualizar ni emitir juicio de valor. 
Lo cierto es que la polémica desemboca al día de hoy donde en lo personal con mis 53 años de edad, siento por vez primera que sé definitivamente por que voy a un cuarto oscuro, con entusiasmo y por quien votar decididamente. Pasaron desde 1983 al 2011, 28 años y varios sellitos en mi tardío DNI ciudadano.
Otras veces fui a los comicios con mucha incertidumbre y con la obligatoriedad correspondiente porque la cadena de frustraciones no me daba margen para otra sensación.
Hoy no. Te sigo convencido mi sombra, de que me conduces hacia lo correcto, antes, durante y después del cuarto oscuro.
Voy cantando para mi... bajito... esa vieja vidala...


A veces sigo a mi sombra...
A veces viene detrás...
Pobrecita si me muero 
con quien va andar...

No es que se vuelque mi vino,
lo derramo de intención. 
Mi sombra bebe 
y la vida es de los dos. 

Achatadita y callada 
dónde podrás encontrar, 
una sombra compañera 
que sufra igual.

Sombrita cuídame mucho 
lo que tenga que dejar,
cuando me moje hasta adentro
la oscuridad. 

Aveces sigo a mi sombra,
a veces viene detrás, 
pobrecita si me muero 
con quién va a andar... 

"Vidala para mi sombra"
de Julio Espinosa

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