Me acabo de enterar que partió recién hacia ese escenario mayor del que nunca bajará un telón.
Don Juan Manuel Tenuta, una persona exquisita, un actorazo y obrero del teatro.
De una mirada transparente y gestos desinteresados, maravillosos.
Nos conocimos trabajando en el viejo ATC. Por los años 80. Luego quedó esa sensación de amistad que nos permanece con ciertas personas de las que trabajan en el medio. Sensación que aunque pasen años sin vernos, al cruzarnos es como si hubiese transcurrido tan solo un par de días. Es cierto que no sucede con todas las personaes-peronajes de las pantallas o escenarios. Sucede con aquellos a los que la vida no se les modifica de un lado o del otro. Personas para las que el hecho de que se suba o baje un telón y se enciendan o apaguen luces, es eso... Se subió o bajó un telón y se encendieron o apagaron las luces. Nada más. Antes y después el ser humano es el mismo. Sincero. Cálido y espontáneo. Servicial.
Así fue como Don Juan Manuel Tenuta muchos años después de nuestros primeros tiempos de compartir, accedió a la impertinencia de un petitorio mío como si el tiempo se hubiese detenido en aquellos años y con el afecto inmodificable.
Junté coraje para tamaño atrevimiento y arremetí: - "Maestro. Me encantaría que me leyera o interpretara unos poemas para un espectáculo que estoy preparando y se grabaría un disco en vivo".
Entusiasmado. Gaucho y paternal. Don Juan Manuel allá por el 2005 me prestó sin interés alguno más que el complacer, todo su talento y "Por este rumbo" ... este rumbo mío se eternizó un poquito con su magia compañera.
Tengo un poco triste el alma. Estas noticias de ausencias siempre me modifican un tanto así.
Tanto, como sé de esta eternidad incontrastable de la poesía... de la impecable declamación. Del decir... Sin más... que decir...
Gracias Maestro...!!
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